Tic tac, tic tac

Pascal Campion ilustración
El verano ha pasado veloz por mi casa. Han crecido el naranjo del jardín y los pies de mis hadas, 38 y 36. Sigo sin tener idea de gallego, pero como soy atrevida para los idiomas ahora digo «Chao» y acabo las palabras en «Ñ»,  y me divierto con las niñas a jugar con la » X». Pues eso, que te mando un besiño desde mi casiña y que el profesor de música de mis hijas se llama Serxio o Xerxio, tal vez Serxio. Ainns¡. Sigo corriendo, no paso de la media hora y no puedo subir más mi tiempo porque me duelen las rodillas; una amiga me ha dicho que es porque estoy haciendo musculatura, pero yo creo que es por el kilo de más que tengo y la culpa se la doy al panadero y sus panes negro, blanco, de cereales, con pasas, nueces, etc que se presenta en casa todos los días a las doce y a ver quién se resiste.
Gracias a Wilson conozco a: Pipo, Yowi, Inuc y a Kira, también a sus dueños. El gato Bubu está de vacaciones y no creerás lo que extraño sus visitas. Cómo no está, de vez en cuando me sorprende el gato negro que habita en el barrio y se cuela por los tejados. Yo le llamo el Llanero solitario. Sigo escribiendo, mucho. Ahora creo que estoy aquí para hacerlo, que el lugar me ha escogido. Después de ver cómo Neptuno se peleaba con el Dios de la Lluvia, el Sol ha hecho justicia y ha puesto calma entre los dos, así que vuelvo a disfrutar de la playa.
En dos días empieza el cole. Con los nuevos libros y libretas, meteremos entusiasmo y fuerza para el primer día. La vida está en constante cambio y las chicas se preparan para el primer salto importante en sus vidas. ¡Saldremos victoriosas!, les digo, qué orgullosa estoy de ellas.

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