«En mi opinión, si usted quiere ver el arco iris, tendrá que soportar la lluvia»

Gloria Inslee

 

Es más fácil de lo que parece. ¿ Lo crees? Tan sencillo como que cuatro desconocidos entren en casa y carguen todas tus pertenencias en un trailer de no sé cuántos ejes y ruedas, pero muchas. Los muebles, tu ropa, su ropa, los cuadros, las fotos, las bicicletas, la moto, los maceteros del jardín, los libros, más libros, la tele, los portátiles, los cacharros del garage, los electrodomésticos y los enseres de la cocina. Eso fue lo último, la cocina para el final. Lo único que no embalaron en cajas marrones que precintaban a toda velocidad fueron mis recuerdos, de los sentimientos me encargaba yo. Todavía los tengo dentro y sin sacar de su caja, se van a quedar ahí.
De eso va a hacer un año. Entre tanto trajín se me olvidó pedir que metieran, que cabía, dentro de su camión, mi viejo coche. Así que tuve que cruzar más de medio país para aparcarlo frente a su nueva casa. La tensión nocturna del trayecto me acarreó pánico al volante y he tenido que luchar contra mis miedos para volver a conducir de nuevo.
Desde entonces ha llovido muchísimo y lo digo literalmente. Me he sentido sirena que asomaba la cabeza soñando con recuperar piernas en tierra firme. Estoy aprendiendo gallego, mis hijas aprenden francés, hay un pan de centeno y un queso tan bueno que he engordado tres kilos. Respiro sal todos los días y empiezo a notar cierto acento cantarín en los integrantes de mi familia. He tenido que dejar de ser supersticiosa, hay tantos gatos como perros donde vivo y es habitual cruzarme con los primeros, negros, a cualquier hora del día. Me he perdido en muchas ocasiones, no he llorado ni una vez. Soy ya experta en vivir en tierras desacostumbradas. Un año y mi nuevo hogar ya se está pintando con las vivencias y anécdotas de mi familia: aquí se coló un murciélago, cocinamos un pulpo gigante, se inundó el parking de leña, hemos celebrado cuatro cumpleaños, recibimos amigos y logré terminar mi primera novela. Tantas horas de soledad y tanto amor hicieron falta para ello.

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