Me quedo con la nostalgia

Me gusta el otoño. Es mi estación
favorita. De todas las emociones que trabajan con el alma, yo me quedo con la
nostalgia. Me gusta pasearme con la añoranza: “Tiene forma de reflexión y la
intensidad del anhelo”.

 

Me gusta sentarme a los pies de
su cama y contarles un cuento. Es mi momento preferido. Preguntar qué
fue lo mejor de su día o recibir sus preguntas. A veces me da miedo no saber la
respuesta. Saberla, también. Me gusta que se cuestionen. Verlas dormir cerrando
un libro, me gusta.
Hoy pasee por el túnel del hada.
Un ejercicio de nostalgia y una reflexión que vuelvo a compartir:

 

No quiero dejaros ropas, ni inmuebles. No quiero dejaros promesas,
deudas, dudas. No quiero dejaros más que bien armadas. Bien vestidas vuestras
cabezas. Si logro que améis los libros, me sentiré dichosa. Sabré que nunca
estaréis solas. Que viajareis a tierras lejanas, que viviréis aventuras
inimaginables, amores prohibidos, amistades eternas. Si logro que améis los
libros os sabré conocedoras de misterios no resueltos, vencedoras en las más
injustas guerras. Le daréis la mano a grandes reinas, a ilustres artistas.
Tendréis casa en una cueva recóndita o en un ático en Manhattan. Seréis médicos
o arqueólogas, domadoras de fieras o costureras. Si logro que améis los libros,
seré inmensamente feliz. Qué buen legado os habré dejado. Os sabré siempre
acompañadas. Eternamente libres.

Quizás también te interese leer

Sin comentarios

Deja tu comentario