Hoy es siempre todavía

Es fácil de explicar. Son más las veces que paso el plumero, como una hada madrina, bailando sobre los libros que duermen en mi biblioteca. Muy de vez en cuando, los despierto a todos para que salgan de la estantería. Entonces sucede que los ordeno; esta vez, por ejemplo, por editorial.  Algunos ejemplares suben rápido, con otros me detengo unos minutos. Los abro en abanico y sucede lo maravilloso: encontrar en historias ajenas retazos de mi propia vida.

Esa manía de apuntar al margen cuándo llegó un ejemplar a mis manos o quién me lo regaló, si lo leí en primavera o en invierno. Volver a releer la cita.  A menudo, me quedo en  un libro por su cita. En Rayuela, de Julio Cortázar: “Como si se pudiera elegir el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en mitad del patio”. En mi viejo libro de Poesías Completas de Antonio Machado, ese que leí en bachillerato: “Hoy es siempre todavía”.

Muy cerquita le he colocado a Pedro Calderón con La vida es sueño. Un pase de metro de Londres me recuerda que fue allí donde acabé de leer El desencuentro de Fernando Schwartz. La sombra del viento, de Zafón, la leí mientras amamantaba a una de mis pequeñas. En mi periplo por Buenos Aires, leí a Eduardo Galeano, La canción de nosotros, e hice mía su cita: “Ahora yo no sé si vas a poder leerte esta carta, pero igual siento como una necesidad de decirte que yo contigo he sido más feliz que lo que los libros dicen que se puede”.

Tengo un ejemplar de la primera edición en España del libro de Erich Segal, Love Story. Para volver a releerla con ternura; dentro, una nota de un amor de juventud. Un rato me he quedado en Entre amigas, de Laura Freixas, dedicado por la autora, en las bonitas ramblas de Barcelona un 23 de abril, a petición de mi gran amiga Anna, tan lejos y tan cerca.

No recuerdo cómo ni cuándo empezó mi idilio con la lectura. Al menos no como Agnès Desarthe que lo narra deliciosamente en Cómo aprendí a leer (Editorial Periférica). François Busnel, L’Express, afirma que ser feliz y disfrutar leyendo es una cuestión de suerte, azar y encuentros. Decididamente soy una mujer afortunada.

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