No todo fueron luces

No todo fueron luces.

Claro que no, no lo fueron. He pasado meses deambulando por todas mis calles interiores. De día, de noche. Repasaba mi lección: cómo aprender a decirte adiós. No aprobaré ese examen, voy a arrastrar la asignatura de por vida. Me he resistido a visitar este jardín, el de los tulipanes de fresa que tú me animaste a plantar. Decías que las palabras crecían salvajes en mi corazón. Detrás de ellas, en riguroso silencio, me he agazapado. Escribo para no olvidarte, para que te quedes de cualquier forma. Se me olvidó preguntarte si te gustaba más el azul claro, o era el marino tu preferido, no me viene a la memoria la última canción que tatareabas, así que he escogido una por ti. Parece que han pasado todos los inviernos juntos y te empeñas en empujar el Sol. Creo que te gustaría la última película que he visto y querrías ponerte mis nuevas zapatillas de esparto. Estoy bien, las chicas también lo están. He leído algunos nuevos libros buenos, he releído otros pocos viejos mejores; hablaré de ello cuando me recupere, cuando el aire vuelva a llenarme del todo los pulmones. Ayer salí con mi cámara de paseo. Ya ves que pude hacer fotos bien bonitas, pero la belleza te hace un guiño donde menos te lo esperas y, abandonada como me sentía, encontré la esperanza a la vuelta de la esquina.

No sabes lo que te echo de menos.

 

Pic by Silvia Salgado

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